La “búsqueda del tesoro”: su nombre ya lo dice todo… ¿Quién no ha hecho una alguna vez en su vida? Actividad pensada para niños de todas las edades con un objetivo claro: ir superando una serie de pruebas o pistas sucesivas que les llevará a un tesoro final.

Escape Room: o juegos de escapismo, se desarrollan en espacios cerrados y su objetivo es intentar salir de una habitación en la que has entrado con un grupo de amigos. Para poder conseguirlo deberéis resolver una serie de enigmas que os van a exigir observación, ingenio y trabajo en equipo. El tiempo es limitado, generalmente una hora, así que necesitaréis máxima concentración para conseguirlo.

Geocaching: consiste en esconder objetos publicando sus coordenadas en webs especializadas, para que otros los encuentren. El «tesoro» básico es un cuaderno para dejar registrada tu visita. Otros incluyen un objeto de poco valor que puede llevarse el que lo descubre, pero siempre dejando a cambio algo de igual o mayor valor para el siguiente «geocacher». Hay millones de tesoros escondidos en exteriores de todo el mundo (ciudades, bosques, pueblos, cascadas…), para promover el deporte y el descubrimiento de lugares singulares.

Carreras de orientación: deporte escandinavo en el que cada participante, generalmente de forma individual y con la ayuda de un mapa y una brújula, debe localizar un determinado número de puntos de control o balizas en el menor tiempo posible. Existen diferentes recorridos en un mismo evento, dependiendo del nivel y edades de los participantes, y la salida siempre es escalonada.

Rastrexos: “rastreos” en castellano, son pruebas generalmente nocturnas donde los equipos (de entre 5 y 10 personas) deben completar una ruta circular mientras superan una serie de retos. La ruta está marcada mediante flechas en piedras, árboles y cruces de caminos, así que conviene ir muy atento. La salida de los equipos, al igual que en las carreras de orientación, siempre ses escalonada para evitar aglomeraciones en las pruebas.